En Educación Física, uno de los aspectos más importantes a analizar durante el curso es el aprendizaje y el progreso que han realizado los alumnos. Para ello, maestros y profesores de Educación Física deben poner todo su esfuerzo en realizar evaluaciones. La opción de evaluar a ojo, o no realizar ninguna práctica evaluativa, es un error y perjudica al alumnado, el cual siempre merece una correcta valoración de sus aprendizajes. 

En este artículo hablaremos sobre la importancia de la evaluación en Educación Física y las formas ideales de evaluación. ¡Empecemos!

¿Qué es evaluar? ¿Por qué es tan importante evaluar correctamente a los alumnos en Educación Física?

Evaluar es una actividad docente dirigida a mejorar la calidad del proceso educativo, ofreciendo información a las familias y al alumnado para que estos puedan mejorar su aprendizaje. Aprender y evaluar van de la mano (Blázquez, 2017). La evaluación debe estar integrada en el aprendizaje y sirve para saber si el alumnado está aprendiendo objeto fundamental del proceso educativo. 

Pero, además, realizando evaluaciones regularmente se ayuda al profesorado a mejorar la calidad de la enseñanza que ofrece, modificando los puntos débiles de su enseñanza y ofreciendo nuevas formas de aprendizaje al alumnado. 

La evaluación se centra en los aprendizajes de los alumnos y en el camino seguido. Se evalúa el proceso y el aprendizaje. La evaluación conlleva el registro de información del alumnado y del proceso para poder ayudar al alumnado a comprender los aspectos claves de la enseñanza. Le ayuda a saber que hace bien y que hace mal. La evaluación también contribuye a la mejora del proceso porque muchas veces el alumnado no alcanza los objetivos porque se diseña mal la evaluación. 

Con las evaluaciones, el objetivo principal es obtener información sobre el aprendizaje del alumnado. Para ello nos basaremos en instrumentos que permitan obtener información y el profesor emitirá un juicio sobre dicha información. Se trata de una actividad valorativa y con un componente subjetivo. en todos los casos el referente siempre debe ser el criterio de evaluación y su concreción en indicadores de logro o calificación.

Cuando un docente de Educación Física evalúa solo bajo su percepción, no está siendo del todo respetuoso con la formación del alumno, sus esfuerzos, errores y virtudes. Pero tampoco consigo mismo, que también debería poder reformular su enseñanza según los resultados de sus alumnos.

Una de las funciones del docente es señalar los aspectos positivos y negativos del trayecto de cada alumno, y ese trabajo debe realizarse con consciencia y estrategia.

Por eso, evaluar a ojo no es una buena forma de evaluar. Un alumno al que físicamente todo le sale bien no debe tener una nota superior al resto por ello, si por ejemplo, su solidaridad y comportamiento no está siendo adecuado. Las notas deben reflejar precisamente todo esto: tanto las aptitudes físicas como el desarrollo emocional.

La evaluación ideal y actual en Educación Física

Hoy por hoy, la tendencia educativa se centra en el compromiso de ofrecer una enseñanza de calidad que tenga en cuenta la diversidad entre los alumnos (con sus diferentes puntos de partida para aprender, sus necesidades y sus intereses). No todos tienen la misma forma de aprender, pero sí pueden aprender si se les ofrece las herramientas adecuadas de aprendizaje. Para ello, es importante replantearse la forma de evaluar.

De esta concepción podemos extraer algunas consideraciones sobre la evaluación relevantes para la docencia en Educación Física:

• La evaluación necesita ser continua, es decir, una evaluación extendida en el tiempo valorando si realmente el alumnado alcanza los aprendizajes. Las evaluaciones de Educación Física no deberían reducirse a un momento puntual, sino que se debe ver la progresión del alumnado durante todo el temario, trimestre o año. Una evaluación periódica ayudaría al alumnado a ver sus progresos. La evaluación continua incluye la evaluación de tipo diagnóstico, formativa y sumativa. La evaluación continua es un principio de la evaluación inclusiva. 

• El alumno tiene derecho a una evaluación lo más objetiva posible y debe conocer claramente el sistema de evaluación de forma que el alumno tenga control sobre el aprendizaje y la evaluación. 

• Se deben variar los instrumentos de evaluación para obtener información desde diferentes fuentes, y de esta forma orientar el proceso y realizar ajustes siempre que sea necesario.

• La evaluación ideal debe estar centrada en el alumnado. Y esto significa que no vale misma evaluación para todos porque no todos aprenden de la misma forma. Algunos pueden pensar que tenemos que hacer una evaluación para cada niño, pero si trabajas por niveles podremos identificar el nivel del alumnado y a partir de ahí preparar la evaluación. 

• La evaluación en Educación Física debe partir del nivel del alumnado. Si el alumnado no tiene un nivel concreto, es lógico pensar que nunca demostrará un buen desempeño si la prueba no se ajusta a sus posibilidades. Esto tiene fuertes implicaciones éticas para el profesorado de Educación Física, pero sobre todo para el alumnado, ya que una persona, cuando no supera en varias ocasiones una misma prueba y no obtiene resultados, su autoeficacia disminuye corriendo el riesgo de crearse expectativas negativas sobre su propia competencia, conduciendo irremediablemente al “yo no valgo, yo no estoy preparado, esto es muy difícil, no sé hacerlo o no se me da bien”.

• Es necesario implicar al alumnado en la evaluación para que sean conscientes de su propio aprendizaje en todo momento, y para ello se pueden utilizar diferentes estrategias como: autoevaluación, evaluación del rendimiento del grupo (intragrupo), evaluación del rendimiento de otros grupos (intergrupo), etc.

• La evaluación del profesorado y la evaluación del alumnado debe llevar a una evaluación consensuada y compartida. Para ello el alumnado debe estar acostumbrado a evaluar procesos y reflexionar sobre ellos. Para que esto pueda suceder, es necesario tener indicadores de calificación claros y concisos que guíen el proceso en cada etapa.

• También será importante añadir durante el proceso algunas rutinas de pensamiento. Las rutinas de pensamiento son herramientas de aprendizaje para desarrollar destrezas de pensamiento y reflexión. Están diseñadas para guiar a los estudiantes a profundizar en el contenido de la clase y ser conscientes de su proceso de aprendizaje. Son instrumentos de evaluación, pero no deben conducir a una calificación. 

Conclusiones

Está claro que la evaluación debe ser vista como un recurso para mejorar la calidad y el aprendizaje en la Educación Física. Para utilizar una herramienta u otra de evaluación deberemos analizar la viabilidad de cada una, teniendo en cuenta muchos factores como pueden ser los recursos disponibles, el grado de madurez, el nivel de conocimiento y de responsabilidad del alumnado.

El proceso de evaluación tendrá una relación directa el aprendizaje del alumnado, su implicación en los procesos de enseñanza-aprendizaje que tienen lugar y el rendimiento académico y los niveles de éxito escolar, por lo tanto, es fundamental en el ámbito de la educación física. ¿Quieres aprender más sobre la evaluación en Educación Física? Te animo a realizar mis cursos de formación para profesores o preparación para opositores de Educación Física, y seguir profundizando en un tema tan sumamente importante como es la evaluación.